Las personas optimistas y las pesimistas se diferencian principalmente en cómo se enfrentan a los problemas, en cómo manejan la adversidad y en los recursos que tienen. Ver el vaso medio vacío o medio lleno se ha asociado desde siempre a una visión optimista o pesimista de la vida.
La forma en la que los optimistas y los pesimistas difieren en su enfoque del mundo tiene un impacto directo en sus vidas. Pero debe tenerse en cuenta que estos dos conceptos no son rígidos, es decir, una persona puede ser optimista respecto de ciertos aspectos de la vida (como tener una buena relación de pareja), pero pesimista hacia otros aspectos, como el trabajo.
Además, las personas también podemos cambiar. Todos tenemos días más nublados que otros o días más soleados en los que vemos las cosas de forma más positiva.
Una persona optimista seguramente dirá que el vaso está medio lleno. El pensamiento positivo significa que nos enfrentamos a algo desagradable de una manera más positiva y productiva. El optimismo es un componente clave de la inteligencia emocional.
Una persona optimista se relaciona con beneficios como:
Una persona optimista busca soluciones, lejos de la tiranía del perfeccionismo. Está abierta a dar pequeños pasos hacia el éxito. Además, una persona optimista ve la adversidad como algo temporal, ajena a ella. Ante una dificultad, persevera. Ve cosas buenas en todas partes, generalmente es más confiada y tiene esperanzas sobre el futuro. Blog sobre vibradores
El optimismo es una parte importante del logro y es especialmente importante en tiempos de caos y cambios. Si eres una persona optimista, seguirás adelante pese a los golpes, serás más proactivo y persistente y no perderás la esperanza. Verás el mundo lleno de oportunidades potenciales.
Sin embargo, el exceso de optimismo puede alentar a asumir riesgos innecesarios. Un exceso de confianza puede conducir a comportamientos imprudentes, como no tomar las precauciones necesarias para evitar riesgos.
Una persona pesimista, por el contrario, verá el vaso medio vacío. Este tipo de personas están relacionadas con frases como “es demasiado complicado”, “no tengo los recursos”, “nunca lo he hecho antes” o “no funcionará”…
Estas son algunas de las actitudes de la persona pesimista:
Pero no todo son desventajas. Una evaluación cautelosa, que vea los posibles riesgos, es beneficiosa, siempre y cuando no se caiga en la negatividad. Una visión más escéptica de las cosas nos ayuda también a gestionar mejor los riesgos.
Una persona pesimista, además, puede prever los obstáculos más fácilmente y tiene más probabilidades de construir redes de seguridad.
En un estudio sobre cuál es la base neuronal del optimismo y el pesimismo, los expertos concluyen que tanto el optimismo como el pesimismo son necesarios para nuestro bienestar y que el punto medio entre los dos extremos es el óptimo.
“Demasiado poco valor es cobardía y demasiado valor es temeridad”, Aristóteles.
Fuentes:
Ser pesimista u optimista ¿Qué es mejor?
Las personas optimistas y las pesimistas se diferencian principalmente en cómo se enfrentan a los problemas, en cómo manejan la adversidad y en los recursos
salud
es
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2024-05-21
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