Los psicólogos definen el food craving como un deseo irresistible de comer un determinado tipo de alimento en un momento dado. Este producto suele ser sabroso al paladar y denso en energía, es decir, con un alto contenido en azúcares y grasas.
Debe distinguirse food craving con la idea de tener hambre real. Cuando estamos famélicos de verdad, cualquier alimento puede satisfacer nuestro apetito. Mientras que cuando tenemos un antojo, suele apetecernos chocolate, bollería o algún snack poco saludable.
Este deseo no responde a ninguna función biológica sino que se asocia más a un apetito compulsivo. Según un estudio del Instituto de Ciencias de la Conducta de Sevilla, el food craving se asocia a estados de ánimo negativos (culpa, ansiedad y depresión), así como a situaciones de estrés.
Aunque los antojos varían mucho y dependen de muchos factores individuales, con frecuencia nos pueden llevar a elegir alimentos más calóricos y con grasas saturadas, como por ejemplo:
– Chocolate: cuando sentimos ansiedad por comer se produce una bajada de los niveles de glucosa en el cuerpo, que nos impulsa a ingerir dosis de azúcar. Los alimentos dulces se digieren con facilidad y a mayor velocidad.
– Patatas fritas: comer carbohidratos procesados, como el pan blanco o las patatas fritas, puede tener un efecto calmante en el organismo, que aumenta los niveles de la serotonina, un neurotransmisor que ayuda a regular el apetito y el estado de ánimo.
En el food craving el deseo de comer un alimento responde más a un mensaje del cerebro sobre cómo nos sentimos, que del estómago «diciéndonos» que tenemos hambre o una necesidad específica de nutrientes.
Según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (Eufic), la mayor parte de hombres y mujeres hemos experimentado un tipo de antojo de comida en algún momento de nuestras vidas. Viajes y turismo
Las teorías básicas que podrían explicar el food craving son:
Estar a dieta: en un régimen restrictivo, el cuerpo demanda los nutrientes de aquellos ‘alimentos prohibidos’ que no puede ingerir, lo que incita a querer consumirlos más.
Nervios: cuando sufrimos altos niveles de estrés, necesitamos energía y deseamos más hidratos, ya que tienen la capacidad de proveerla de forma rápida.
Hambre emocional: hay personas que se sienten vacías e intentan llenar ese vacío con la comida. Suelen ser personas insatisfechas con su vida, que presentan baja autoestima, problemas relacionales y que necesitan compensarlo de alguna manera.
Consumismo: la sociedad actual, que incita a comprar y gastar para ser felices, promueve el desarrollo de este tipo de afecciones. Numerosas publicidades nos incitan a diario a «darnos un capricho» o a «regalarnos un placer» inmediato y superficial.
Aprender a reconocer la diferencia entre un antojo y el hambre puede ayudarnos a identificar la causa del vacío en el estómago, desechar el capricho insano y optar por una opción más beneficiosa.
¿Cuándo se trata de un antojo?
¿Cuándo se considera hambre auténtica?
Los antojos pueden perjudicar nuestros esfuerzos por controlar el peso y llevarnos a comer en exceso. No obstante, podemos aprender a controlarlos:
El food craving está asociado a comer en exceso, lo que a su vez contribuye a la aparición de enfermedades como la obesidad y la diabetes, y a otros desórdenes alimentarios (bulimia nerviosa). Si crees no tener control sobre la comida, consulta con un profesional.
Food craving: el ansia por comer dulce y otros "pequeños" vicios
Los psicólogos definen el food craving como un deseo irresistible de comer un determinado tipo de alimento en un momento dado. Este producto suele ser sabroso
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2024-10-14
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