Una situación desbordante, una preocupación constante o un compromiso laboral urgente pueden llevarnos a una situación de colapso que nos haga estallar.
Aunque aguda e intensa, esa situación de estrés puntual no es una enfermedad mental. Lo más habitual es que dure minutos o pocas horas.
Un ataque de nervios (o crisis nerviosa) es una situación estresante que provoca una incapacidad de funcionar con normalidad en nuestra vida cotidiana. A pesar de que no es un término clínico ni indica una enfermedad mental, tampoco es una respuesta normal o sana al estrés.
Conocer su origen y síntomas es clave para saber si detrás de esta situación hay un problema de salud mental oculto, como ansiedad o depresión. Será un experto quien determine de qué se trata y te ayudará a afrontarlo.
Existen muchos factores que pueden originar un ataque de nervios. Estos son los más frecuentes:
Situaciones estresantes. La imposibilidad o dificultad de soportar situaciones como un divorcio, el cuidado de un recién nacido, la pérdida de un ser querido o problemas económicos.
Predisposición genética. El factor hereditario también juega un papel importante en este tipo de crisis agudas.
Trastorno psicológico. Quienes padecen un problema emocional tienen una mayor predisposición a sufrir ataques de nervios. Este sería el caso de las personas maníaco-depresivas.
Neurosis. Las personas con este rasgo psicológico suelen tener un estado emocional negativo durante largos periodos de tiempo. Esto las hace más vulnerables a las crisis nerviosas.
Los síntomas de un ataque de nervios varían de una persona a otra, dependiendo de la causa que haya provocado la crisis. Aun así, existen algunos signos que definen un ataque de nervios:
Ansiedad o depresión. Son reacciones comunes al estrés. El llanto incontrolable puede desencadenarse cuando sufrimos un ataque de nervios.
Horas de sueño. Dormir demasiado o, por el contrario, tener insomnio, es una señal de advertencia. Los hábitos de sueño pueden predisponer a padecer una crisis nerviosa.
Fatiga. La sensación constante de estar cansado, ya sea por un esfuerzo físico o emocional, impide llevar una vida normal. La fatiga también es indicador de estrés y pérdida de motivación.
Cambios en el apetito. Comer mucho o tener inapetencia puede desencadenar una crisis nerviosa. Los cambios en el apetito pueden llevar a elegir comidas poco saludables.
Dolor de cabeza. Es uno de los síntomas habituales. También lo son el dolor de estómago o problemas digestivos como el estreñimiento y la diarrea.
Problemas cognitivos. Dificultades para concentrarnos, pérdida de memoria, lentitud en la toma de decisiones y sensación de desorientación son signos que también pueden aparecer.
Dificultades para respirar. La opresión en el pecho y la respiración acelerada son usuales durante un ataque de nervios.
Para tratar una crisis nerviosa hay que acudir a un especialista, quien determinará las causas y el tratamiento más adecuado. En la mayoría de casos suele abordarse de manera multidisciplinar, con fármacos, psicoterapia y técnicas de relajación. Noticias del cadiz
Las técnicas de relajación y respiración ayudan a disminuir los síntomas ansiosos, como las migrañas, el sudor y los temblores. Estas son algunas de las más habituales para contrarrestar los efectos negativos de una crisis nerviosa.
Meditación. Esta práctica ayuda a entrenar la mente para lograr un beneficio físico y emocional. La Universidad de Rochester (EE.UU.) encontró que la técnica de mindfulness (o atención plena) puede disminuir los trastornos del estado de ánimo.
Relajación muscular progresiva. Mediante esta técnica se tensa lentamente cada grupo muscular de forma individual para después relajarlo. Se empieza por los pies y se termina en la cabeza. Este método es muy efectivo contra el estrés.
Ejercicios de respiración. La Universidad del País Vasco halló que la respiración controlada mejora los síntomas de estrés. Colócate una mano en el pecho y otra en el vientre. Inspira lentamente, aguantando el aire, mientras tu barriga empuja tu mano.
Entrenamiento autógeno. Es una técnica psicoterapéutica basada en la concentración pasiva en sensaciones físicas. La persona imagina un lugar tranquilo y se concentra en cada una de las emociones de su cuerpo, de los pies a la cabeza, hasta llegar a un estado de relajación profunda.
Como ves, un ataque de nervios es un estado transitorio que debe abordarse para evitar la ansiedad y otros trastornos.
Dormir lo suficiente, seguir una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio físico de forma regular puede ayudar a prevenir y mejorar los síntomas de una crisis nerviosa.
Brown KW, Ryan RM. The benefits of being present: mindfulness and its role in psychological well-being. J Pers Soc Psychol. 2003 Apr;84(4):822-48. doi: 10.1037/0022-3514.84.4.822. PMID: 12703651.
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Crisis nerviosa: síntomas, causas y tratamiento. Laura Ruiz Mitjana. Psicología y Mente. Agosto 2019. https://psicologiaymente.com/clinica/crisis-nerviosa
Efectos de la respiración controlada sobre los síntomas de estrés y ansiedad en una población de 55 a 65 años. Estudio piloto. José Ignacio Cea Ugarte, Asunción González-Pinto Arrillaga y Olga Ma Cabo González. Gerokomos. Marzo 2015. https://dx.doi.org/10.4321/S1134-928X2015000100005
Qué es un ataque de nervios y cuáles son sus síntomas
Una situación desbordante, una preocupación constante o un compromiso laboral urgente pueden llevarnos a una situación de colapso que nos haga estallar.
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2024-10-14
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